marzo 29, 2009

Anoche quedé en ir al piso de la Plaza Europa para ver una peli. Mi (inevitable) puntualidad y yo estábamos en la puerta diez minutos antes de lo acordado y como sabemos lo que eso desquicia a R, nos pusimos a darle vueltas a la plaza. Llovía. Ya sabes como son los murcianos con la lluvia, ni Dios por las calles y los pocos, corriendo (sin paraguas) y maldiciendo (o riendo). Me crucé con un trío. Uno de ellos le iba gritando a los otros dos que se apostaba lo que fuera a que Murcia era la ciudad donde los sábados por la noche, en proporción, era el día de la semana en el que había más probabilidades de que lloviera.
Vimos “El hombre elefante” por David Lynch. Me pareció larga y aburrida. Absurda la evolución del habla en el hombre elefante, aunque claro, con el acento british ando yo algo cruzada. Es de esas películas que sabes que si te metes a leer críticas, todas serán favorables. Que si tenía que haberse llevado ocho Oscar. Que si su visionado es obligatorio cuando se habla de clásicos del cine. Podría pensar en la fotografía tan estupenda. El mal rollo que transmite cierta melodía circense. La mezcla de teatro y realidad de los que actúan. En lo mucho que me recuerda a “La parada de los monstruos” y lo mucho que me gustó esta última. Pero no,. Bostezando por la película y algo tristona por la relación que tengo con R desde que te fuiste, me largué a mi casa sin abrir el paraguas.


Otro motivo que me despierta las ganas de mudarme de planeta: el parque de San Esteban. Cuando vuelvas, en el otro lado del Corte Inglés nuestros queridos gobernantes habrán abierto otro boquete para llenarlo de coches y plantar geranios rojos. En la manifestación, pocos (y siempre los mismos) que parecen darse cuenta de la mierda de aire que respiramos. Fotos movidas de regalo.














marzo 25, 2009


Los libros, los sueños, la memoria
El tigre está en la biblioteca
Susan Sontag
12 de junio de 1996

Querido Borges:
Dado que siempre colocaron a su literatura bajo el signo de la eternidad, no parece demasiado extraño dirigirle una carta. (Borges, son diez años.) Si alguna vez un contemporáneo parecía destinado a la inmortalidad literaria, ese era usted. Usted era en gran medida el producto de su tiempo, de su cultura y, sin embargo, sabía cómo trascender su tiempo, su cultura, de un modo que resulta bastante mágico. Esto tenía algo que ver con la apertura y la generosidad de su atención. Era el menos egocéntrico, el más transparente de los escritores... así como el más artístico. También tenía algo que ver con una pureza natural de espíritu. Aunque vivió entre nosotros durante un tiempo bastante prolongado, perfeccionó las prácticas de fastidio e indiferencia que también lo convirtieron en un experto viajero mental hacia otras eras. Tenía un sentido del tiempo diferente al de los demás. Las ideas comunes de pasado, presente y futuro parecían banales bajo su mirada. A usted le gustaba decir que cada momento del tiempo contiene el pasado y el futuro, citando (según recuerdo) al poeta Browning, que escribió algo así como "el presente es el instante en el cual el futuro se derrumba en el pasado". Eso, por supuesto, formaba parte de su modestia: su gusto por encontrar sus ideas en las ideas de otros escritores.
Esa modestia era parte de la seguridad de su presencia. Usted era un descubridor de nuevas alegrías. Un pesimismo tan profundo, tan sereno como el suyo no necesitaba ser indignante. Más bien, tenía que ser inventivo... y usted era, por sobre todo, inventivo. La serenidad y la trascendencia del ser que usted encontró son, para mí, ejemplares. Usted demostró de qué manera no es necesario ser infeliz, aunque uno pueda ser completamente perspicaz y esclarecido sobre lo terrible que es todo. En alguna parte usted dijo que un escritor –delicadamente agregó: todas las personas– debe pensar que cualquier cosa que le suceda es un recurso. (Estaba hablando de su ceguera.)
Usted fue un gran recurso para otros escritores. En 1982 –es decir, cuatro años antes de morir (Borges, son diez años)– dije en una entrevista: "Hoy no existe ningún otro escritor viviente que importe más a otros escritores que Borges. Muchos dirían que es el más grande escritor viviente... Muy pocos escritores de hoy no aprendieron de él o lo imitaron". Eso sigue siendo así. Todavía seguimos aprendiendo de usted. Todavía lo seguimos imitando. Usted le ofreció a la gente nuevas maneras de imaginar, al mismo tiempo que proclamaba, una y otra vez, nuestra deuda con el pasado, por sobre todo con la literatura. Usted dijo que le debemos a la literatura prácticamente todo lo que somos y lo que fuimos. Si los libros desaparecen, desaparecerá la historia y también los seres humanos. Estoy segura de que tiene razón. Los libros no son sólo la suma arbitraria de nuestros sueños y de nuestra memoria. También nos dan el modelo de la autotrascendencia. Algunos piensan que la lectura es sólo una manera de escapar: un escape del mundo diario "real" a uno imaginario, el mundo de los libros. Los libros son mucho más.
Lamento tener que decirle que la suerte del libro nunca estuvo en igual decadencia. Son cada vez más los que se zambullen en el gran proyecto contemporáneo de destruir las condiciones que hacen la lectura posible, de repudiar el libro y sus efectos. Ya no está uno tirado en la cama o sentado en un rincón tranquilo de una biblioteca, dando vuelta lentamente las páginas bajo la luz de una lámpara. Pronto, nos dicen, llamaremos en "pantallas-libros" cualquier "texto" a pedido, y se podrá cambiar su apariencia, formular preguntas, "interactuar" con ese texto. Cuando los libros se conviertan en "textos" con los que "interactuaremos" según los criterios de utilidad, la palabra escrita se habrá convertido simplemente en otro aspecto de nuestra realidad televisiva regida por la publicidad. Este es el glorioso futuro que se está creando –y que nos prometen– como algo más "democrático". Por supuesto, usted y yo sabemos, eso no significa nada menos que la muerte de la introspección... y del libro.
Por esos tiempos no habrá necesidad de una gran conflagración. Los bárbaros no tienen que quemar los libros. El tigre está en la biblioteca. Querido Borges, por favor entienda que no me da placer quejarme. Pero, ¿a quién podrían estar mejor dirigidas estas quejas sobre el destino de los libros –de la lectura en sí– que a usted? (Borges, son diez años.) Todo lo que quiero decir es que lo extrañamos. Yo lo extraño. Usted sigue marcando una diferencia. Estamos entrando en una era extraña, el siglo XXI. Pondrá a prueba el alma de maneras inéditas. Pero, le prometo, algunos de nosotros no vamos a abandonar la Gran Biblioteca. Y usted seguirá siendo nuestro modelo y nuestro héroe.



marzo 24, 2009

marzo 23, 2009





El buen opositor sale a tomar fotos cuando sabe que le quedan pocas horas para terminar uno de los plazos impuestos por la comunidad autónoma de turno...


marzo 22, 2009

Hoy en la parada de metro "patriotismo" (¡oh, México!) he empezado a sentir que piso un suelo al que pertenezco y no algo traicionero que se va a abrir y tragarme para divertirse. Ciudad Monstruo se abre desde el principio si aguantas la altura, si identificas los semáforos imaginarios, si comes como un guerrillero, si te puedes sostener en pie en el autobús sin puerta y sostener a la vez al bebé de la señora que después de diez ocasiones sabe que la angustia no ayuda, que se crece solo, que (casi) nadie va a dejar caer a un bebé al suelo sin intentar todo antes. En fin. Me imagino como una chica de Copenhague en el Sacromonte y me río bastante.


Me alegra saber que te has decidido ya a cazar bebés al aire. Yo por aquí sigo con esta batalla social impuesta...

marzo 17, 2009



Cómo echo de menos esa pastosa ciudad, gracias gracias por las fotos. Si me guardas una camiseta de la alegría entre las piernas te llevo un poncho del color que quieras.

Ser músico, verdad? Qué cosa tan diferente al resto. Ayer estuve en un concierto de la orquesta sinfónica nacional en la universidad. Me metí sólo para escuchar el concierto nº2 de Rachmaninov, porque me encanta, porque me acuerdo de quién creo que soy yo y de mis planes, y porque echaba de menos a R y una tarde como la que vosotros íbais a tener unas horas después. Ay. Por una vez no tuve que preocuparme de lo que pensaría la gente a mi alrededor. Porque lloré casi todo el tiempo, porque a mi alrededor la gente también moqueaba sin parar. Me parece increible lo apasionados que son. La pianista (una asiática, como todos los rachmaninovianos) salió cuatro veces y no le quedó otra que tocar música tradicional de su país durante un rato largo ante un público emocionadísimo.
El público aplaudía cuando le daba la gana, sin pensar cuántos movimientos quedaban para acabar la pieza: me emociona, plas, lo enseño. Después, en el autobús (mi centro de investigaciones antropológicas) mientras los coches se cruzaban en sentido contrario, el conductor se subía a la acera y demás aventuras, las parejas se besaban como si no se fueran a volver a ver en su vida (aunque eso no sé si era pasión o acojone, yo también me despedí mentalmente mínimo tres veces).





marzo 16, 2009


El sábado pasé la tarde en el piso de la Plaza de Europa. Entre té, cigarros de liar y discos se nos pasó la tarde. R y yo tenemos debilidad por la música de Semana Santa. Imagínate entonces qué caso le hicimos al temario cuando teníamos a Miles Davis tocando saetas. “Sketches of Spain”, arreglos por Gil Evans.


Mientras nos colgaban los pies del balcón hablamos de lo mucho que nos hubiera gustado dedicarnos a la música de manera profesional. También hablamos de ti. Por primera vez hice una imitación de alguien mejor que R.



marzo 14, 2009

Carta que un compañero de Andalucía envió a un periódico a raíz de la polémica provocada por el asunto del comienzo de las clases una semana antes.

El pasado domingo leí en el diario de Sevilla un artículo que venía a querer decir que los profesores estamos anquilosados y que nada más que nos preocupan los dos meses de vacaciones que además no deberíamos tener, que por eso no queríamos empezar el curso una semana antes, ese "periodista" se llama Carlos Mármol y me indignó tanto que le contesté lo siguiente:

Attn. Sr. Carlos Mármol:

De un profesor con dos meses de vacaciones

Acabo de leer su artículo y no puedo más que avergonzarme ante su total parcialidad y falta de rigor, mi abuelo me decía que no hay nada peor que alguien que habla de lo que no conoce. Mi abuelo, al igual que yo, era docente.

En primer lugar, sé que escribirle esto es perder mi tiempo, puesto que no saldrá nunca a la luz porque no interesa, interesa tirarnos a los pies de los caballos desde el desconocimiento de nuestra labor docente, pero qué más da, como tengo tanto tiempo libre ¿verdad? Eso es lo único que importa, el tiempo libre que tengo, no que siendo funcionario de carrera y haber dedicado 4 años de mi vida a estudiar para unas oposiciones a grupo A sea el funcionario con menos sueldo, pero bueno, como tengo dos meses de vacaciones...

A la gente como usted que habla sin saber lo invito a que se pase por mis clases de primero de bachillerato en el IES Nervión donde tengo 37 alumnos y tres niveles bien diferenciados en alumnos con edades comprendidas entre los 16 y los 19 años, o que intente dar clase a 36 alumnos de segundo de bachillerato, o que se pase por mi clase de primero de ESO E, donde tengo seis alumnos con necesidades educativas especiales, alumnos con una edad mental de 7 años a los que tengo que formar y para lo que no estoy preparado. Pero eso tampoco importa, importa que tenga dos meses de vacaciones...

Eso sí, tenemos tres clases con 20 ordenadores modernísimas que cuando intento programar una actividad en la red, debido a la limitación del ancho de banda, rara vez funciona, esa es la solución, ordenadores.

A usted señor periodista, le llamaría la atención sobre el hecho de que absolutamente nadie relacionado con nuestra consejera ha estado jamás en un aula y pretenden cargar al docente con el fracaso del sistema educativo. Sí, FRACASO con mayúsculas puesto que no se puede tener a un alumno hasta los 16 años sin otra aspiración que molestar en clase porque una ley absurda no le da otra opción y que no permite al alumno que verdaderamente quiere aprender, avanzar en su formación.

No todos podríamos ser electricistas ni escultores ni, como es obvio, buenos periodistas, ni podemos ser buenos estudiantes aunque sea políticamente incorrecto decirlo. Tiene que haber otra salida para estos alumnos que desde los 11 años todos sabemos que no van a titular. Pero eso no importa, importa que no quiero trabajar porque tengo dos meses de vacaciones…..

Mi profesión me apasiona, y al 99 por ciento de mis compañeros, por eso el lunes iré a clase con mis alumnos que sí aprecian los esfuerzos que hago por darles una enseñanza de calidad desde la precariedad de recursos, y el hecho de empezar una semana antes no es relevante, lo es que gente como usted hable desde el desconocimiento mas avergonzarte.

Esos padres que ponen el grito en el cielo no dudan en llevarse a sus hijos una semana de viaje a Disneyworld, o tres días al Rocío o si hay un puente y el viernes hay clase pues bueno, no pasa nada ya irá al lunes, pero cuando llega septiembre el instituto se convierte en la guardería, cuantas veces he escuchado lo de "pa que este en casa dando por .... que se vaya al instituto a darle por.... al profesor", pero claro eso tampoco es importante, mis dos meses de vacaciones si lo son.

A ver si se entera: Es completamente imposible empezar antes por mil razones, entre otras cosas porque de mis 37 alumnos de bachillerato 4 de ellos llegaron a los dos meses de empezado el curso, porque hasta el 12 de septiembre no supe a quién tenía que darle clase, nosotros no empezamos a trabajar el 7 de septiembre, que eso es lo que gente como usted se cree,( SE EMPIEZA EL 1 DE SEPTIEMBRE Y TODO DIOS ESTÁ EL EN EL INSTITUTO A LAS 9 DE LA MAÑANA, EXAMINANDO, EVALUANDO ALUMNOS PENDIENTES, PROGRAMANDO PARA EL RPRÓXIMO CURSO ETC. ETC. ETC.). La planificación de un curso requiere mucho trabajo, pero eso tampoco importa, importan mis dos meses de vacaciones.

¿Sabe usted lo que es estar en una clase de 30 niños de 11 años, sin libros de texto, sin grupos definidos, sin un plan de trabajo a seguir y sin interés ninguno?

Y para su información llevo 9 años dando clase y no estoy anquilosado, en los 14 centros en los que he desarrollado mi labor docente quizás haya conocido a tres compañeros con 30 años de tiempo de servicio y sin fuerzas para seguir luchando, pero yo tengo más de 1500 horas de formación complementaria, y dedico muchas horas de todo ese tiempo libre que tengo a corregir exámenes en mi casa, en vez de estar con mi hijo, he sido preparador de opositores y estoy estudiando otra licenciatura y afortunadamente no soy un caso aislado sino uno más. Pero eso no importa, importan mis dos meses de vacaciones...

Sin otro particular

Un ex lector de Diario de Sevilla.

marzo 13, 2009

marzo 12, 2009

marzo 11, 2009


Mamá, mamá, en el colegio tenemos una pizarra digital...

marzo 05, 2009


D. ya no vive conmigo. El piso dejó de oler a té verde y a café. Cuando ando por el salón y el pasillo ya no se me quedan cáscaras de pipas pegadas en los calcetines.


Fui a nadar. La crisis ha llegado a Inacua. Agua fresquita y la mayoría de los focos apagados. Se debieron exceder en algún producto químico porque mi pelo hoy sí que parece de cobre.


Por cuarto día consecutivo el agua ha caído del cielo. Hoy ha sido una lluvia bastante creativa. Ya se sabe que el buen murciano se aburre y reniega si se mantiene el mismo tiempo atmosférico durante más de un día. Así es que hoy hemos tenido lluvia a intervalos y en forma de ráfaga. El Sol y la Luna presentes en todo momento.


¿El temario? Semana y media ignorándolo.



marzo 04, 2009


- ¿Por qué no me escribes? Necesito oir esa voz como entender las líneas de autobús defenses. Lo digo muy en serio.

- Estuve en tu tierra.

- Hoy no me pienso poner celosa. Calvin, ¿por qué no vienes?

- Tú no quieres eso. Lo dices porque llevas quince días. Dentro de un mes cualquier cosa que te llegue de fuera de Ciudad Monstruo será una invasión.



marzo 02, 2009


C
inco llamadas. Ropa mojada. 1:30. Ropa seca. 4:30. Hay un loco en mi parking. Ven a mi casa, me voy en quince minutos. Conduzco. Copiloto en pijama. Un avión. Tres horas. Zapatos. Otro avión. Océano. Eucalíptos. Prófuga. Cervezas. Dos sabores nuevos. Unos ojos bonitos. Sueño. Sofá. Hasta mañana. Hasta mañana.

Tu rincón favorito. Escaleras. Cinco colillas. Un camión. Perro Pachón. Sol. Segunda temporada de IT. Una nana. Música, músi
ca, música. Paredes de piedra. Cuatro polarois. Un cuervo. Todos cumplimos veintitrés. Frío. Entonces, ¿vienes a eso mañana?. Sí, buen rollito, ¿no?. No opino lo mismo. Mañana cocino yo. Hasta mañana. No me apetece responder.

Prófuga y su coche. Podría vivir en esta ciudad. No, cocino yo. Un pasaporte perdido. Amor-odio. Me relajo. LLamadas. Me te
nso. 20:30. Despedida como si nada. Eso piensa ella. El mejor de los mundos. Empezamos a llamar a las cosas por su nombre. Is this real live?. 23:30. Mezcla de rabia y pena. Me siento como una idiota. ¿Quieres hablar? No. Una, dos y tres. Adorable Prófuga.

ErranteVsfamilia. Portero. Lágrimas de rabia. Tomate rallado. Nadadora. LLuvia. 10.9Kg. Is this gonna be forever?. L
os Kickers se despegan del suelo. Avión. No cojo el teléfono. Los cascos con música, música, música. Shoes for five hours. Avión. Malditos 10.9Kg. Mensaje. Llamada. Se me escapan las lágrimas. Bus. Taxi. Casa de la Soprano. ¿Cómo fue? ¿Puedo quedarme unos días? Mañana te hago crepes y zumo de naranja. También daremos clase. Vale.

¿Injustificable? No para una cobarde.