noviembre 20, 2008

La espera.

Un mandarín estaba enamorado de una cortesana. "Seré tuya, dijo ella, cuando hayas pasado cien noches esperándome sentado sobre un banco, en mi jardín, bajo mi ventana."
Pero, en el nonagesimonovena noche, el mandarín se levanta, toma su banco bajo el brazo y se va.

Fragmentos de un discurso amoroso. Roland Barthes

7 comentarios:

Mármara dijo...

¿En ésas estamos? Hay que se joder, leches, hay que se joder.

errante dijo...

ummmm

ConchaOlid dijo...

Coña!, pa eso ni voy.
(está claro que la espera no es lo mío)

prófuga dijo...

en la nonagesimonovena noche, el mandarín miró hacia atrás y vió a cienes y cienes de mandarines sentados en sus respectivos bancos.

errante dijo...

... y al menos a diez u once cortesanas...

Calvin dijo...

Mármara: a ratos, en esas estamos, a ratos.

Errante: ummmm (al mas puro estilo Errante)

Conso: es que una ni se ha dado cuenta que ha ido. Se ha visto de pronto sentada en el banco.

Prófuga: ¿cúando dices que vamos a quedar? ¿era diciembre?

Mármara dijo...

No sé por qué se me ha venido a la cabeza este romance anónimo:
Que por mayo era, por mayo,
Cuando aprieta la calor,
Cuando los trigos encañan
Y los caños son en flor,
Cuando canta la calandria
Y responde el Ruiseñor,
Cuando los enamorados
Van a servir al amor.
Y no yo, triste, cuitado
Que vivo en esta prisión,
Que ni se cuando es de día
Ni cuando las noches son,
Si no por una avecilla
Que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero,
¡Dele Dios mal galardón!

No he sustituido mayo por diciembre por no destrozar la rima, ni el romance.