febrero 05, 2009

El sábado pasado volvía de mi sesión mañanera en la Regional cuando me crucé con un padre y un hijo. El chico tendría unos once o doce años. Nos quedamos mirando. Cuando los pasé, frené y me senté en un banco. ¿De qué conocía a ese chaval?

Hace cinco años, estando en uno de mis periodos de prácticas, estuve entrando a una clase bastante complicada dónde había un niño que andaba como el que acababa de pasar. Se llamaba Carlos, tenía un parche en un ojo y hierros en las piernas.
El primer día hice un barrido del patio y busqué un banco con sol y poco tránsito. Por aquel entonces, aún se fumaba en las salas de profesores. Me senté y al poco vino un niño con una bolsa de plástico transparente. Llevaba un sandwich de paté y un zumo de melocotón. Me preguntó si podía abrirle el zumo. Tenía seis años.
Al día siguiente volvimos a sentarnos juntos. Entonces me preguntó que si le cambiaba el zumo que a él el melocotón no le gustaba y su madre siempre le mandaba uno de esos. Así es que el se tomó el de piña y yo el de melocotón.
Pasaron los días. Charlamos mucho. Me contó que tenía una hermana de tres años en ese colegio pero que ahora estaba en el hospital. Su madre seguía poniéndole en la bolsa zumos de melocotón.
Decidí entonces comprar zumos de piña (sus favoritos) para las tres semanas que me quedaban de prácticas. Al día siguiente no vino a clase de música. Me fui a la sala de profesores a leer el periódico. Al siguiente pasé por su clase y su tutora tenía cara de estar más cansada de lo normal. Le pregunté por el niño. Me sacó al pasillo y me dijo que su hermana había muerto la noche anterior. Pensé entonces en todos los zumos de piña que tenía en mi despensa y me puse a llorar.


Ahora comparto almuerzo con A3años. Su hermana prepara las mochilas todos los días para ella y sus dos hermanos. Los bocadillos los hace siempre de Nocilla. A A3años le encantaba la Nocilla en octubre. A estas alturas de curso está algo cansado así es que cuando le apetece se sienta a mi lado en el patio y nos intercambiamos el bocata. Cuando termina de comer siempre me pregunta que si viene Patch (la mascota de la clase de inglés). Le digo que sí, sonríe y sale corriendo.


A3años un día de charcos.

1 comentario:

Mármara dijo...

Mira, se me ha quedado el corazón encogido, con el asunto de los zumos de piña. Y un poco más, conque "Lu y su Univerzo" sea la encargada de preparar las mochilas y los bocatas de sus hermanos.
Luego, llegará a 1º de Primaria, y sucesivos, y habrá quien le eche en cara que no lleva hechos los deberes, o que no rinde lo que debería de rendir, o que se distrae durante las explicaciones.
Dice Pennac, en su "Mal de escuela" que cada una de nuestras alumnas, y cada alumno de nuestros alumnos, llega a nuestras aulas cargando con una mochila. Mochila que se llena, cada día, con las cargas de su vida familiar.
Parece ser que a "Lu y su Univerzo" le toca cargar con una triple ración de mochilas. Por ser mujer.